Estudios sobre Sufismo: enero 2007

viernes, 26 de enero de 2007

Introducción al Sufismo y sus orígenes


En su libro El Sufismo1, Hazrat Salahedin Ali Nader Angha, actual maestro espiritual de M.T.O. Shahmaghsoudi, Escuela Islámica del Sufismo, indica :


« Sufismo es la esencia de las enseñanzas del Profeta - ha existido desde el principio de la humanidad, sus semillas están sembradas en el corazón de cada ser humano. En cada era Dios ha enviado profetas para guiar al ser humano a progresar en el viaje interior hacia Dios.El gran maestro sufi del noveno siglo, Bayazid Bastami, describe la historia del Sufismo : "La semilla fue sembrada en la época de Adán, brotó en la era de Noé, floreció con Abraham, maduró con Jesucristo, y en la era de Mahoma se convirtió en puro vino".
En general se dice que el Sufismo es la dimensión mística del Islam. En realidad, el Sufismo es el corazón mismo del Islam. Los Sufíes se ocupan de nutrir sus almas y a la vez son musulmanes devotos - rezan cinco veces al día, ofrecen limosnas, guardan ayuno durante el mes del Ramadán, y observan el aspecto exterior del Islam.Al-Hujiviri3, sufi del undécimo siglo, presentó varias hipótesis del origen de la palabra "Sufi". El decía que esta palabra viene de la palabra ahl-suffa, que significa los del Sofá (mueble), que eran unos banquillos en los cuales se sentaban los sufíes para adorar al Señor. Otras dicen que la palabra se aplica por los hábitos que llevaban, que eran de lana (suf). Esta forma de vestir que es lana en contacto directo con la piel, se remonta al primer maestro sufi. Mientras esta teoría se fundamenta en la práctica del Sufismo, las palabras de Hazrat Mir Ghotbedin Mohamad Angha aclaran este punto : él dice que aunque el Sufi se viste de lana (suf), no todo el que se pone este hábito es Sufi. Otros dicen que "Sufi" deriva de la palabra safa que significa "el puro de corazón con sus correctos hábitos". Por esto a quien practica el Sufismo lo llaman sufi, que significa "los limpios de corazón".Aunque esta observación de los historiadores no es incorrecta, pero tampoco no es completa. Ellos han observado el exterior del Sufismo cuando lo importante es el interior, el cual está lejos de su comprensión. Si miramos de cerca estas tres hipótesis, sabremos que llamar a uno "sufi" necesita ciertos requisitos. Para ser el acompañante del profeta, se necesita otro modo de comportamiento. Se necesita pureza de corazón, espiritualidad, ser consciente y mantener la meta sagrada.En realidad, los de suffa (banquillo) o los acompañantes del Profeta seguramente eran conscientes y atentos a sus enseñanzas, ya que querían conocer a Dios. Si llevar túnica de lana era una de las condiciones, ellos se la pondrían. Llevar lana era solamente para recordarles que no tenían que rendirse a los atractivos de este mundo.Al largo de la historia, el sufi ha sido conocido como una persona religiosa que aspira a acercarse a Dios para poder tener una relación directa con el Creador, y unirse a él y subsistir en él, y luego testificar que Dios es uno, como el Profeta dijo : la-ilaha illa-llah. Alcanzar este estado de conocimiento significa que no hay otro Dios en su corazón - Safa.Este método de purificación a través de la sumisión a Dios se llama ma´refa, que significa conocimiento y convencimiento. Para ser exactos, la palabra actual para Sufismo es Irfan, que deriva de la palabra ma'rifa que quiere decir conocimiento y se refiere a un estado de saber en el cual nada puede quedar desconocido, y no quedan preguntas sobre la tema. La persona que enseña este método se llama Arif o "el que ha obtenido el estado más elevado de conocimiento del Señor y ha permanecido en él". »

Hazrat Salahedin Nader Shah Angha, el arif de nuestra era, en su libro titulado Sufismo: la realidad de la religión, así describe el Sufismo :


« El sufismo en general está aceptado como la dimensión mística del Islam. Aunque el origen del Sufismo ha sido explicado de varias formas y ha sido interpretado de diferentes maneras, yo quiero presentarlo como yo lo he experimentado. Sufismo es la realidad de la Religión. Con decir esto quiero decir experimentar a Dios en el interior de uno mismo, aceptar el saber último, y rendirse a él, y amarle con el corazón y la mente. Esta es la realidad de la religión que yo conozco. »4


Uno de los principios fundamentales del Sufismo es que cualquier cosa que existe es la manifestación del absoluto conocimiento que lo domina todo, y no está limitado por el tiempo ni el espacio. Por lo tanto, el lugar más próximo para ganar acceso a este conocimiento es dentro de uno mismo. Lo que se ha escrito sobre la historia y principios del Sufismo es su forma exterior. Su realidad se funda en las enseñanzas del Arif, quien guía a los buscadores de la verdad a experimentar esta realidad de modo que se estabilicen y conozcan su más alto nivel de existencia.


En resumen, el Sufismo es una disciplina, un sistema de educación que facilita el viaje hacia el auto-conocimiento. Este viaje permite al individuo descubrir su realidad estable y finalmente la realidad de la religión. Hazrat Nader Shah Angha enseña : "Cada individuo es el arquitecto de su propio entorno. Nosotros creamos o rompemos las barreras, y decidimos cuán lejos queremos viajar en el sendero del auto-conocimiento para descubrir la realidad de la religión desvelando nuestro propio mito."

jueves, 25 de enero de 2007

SAYJ AHMAD AL-ALAWI

Nació en Mostaganem (Argelia) el año 1869. Su familia era modesta pero distinguida. Su nombre, tal como figura en la mayoría de sus libros, era: Abu al-´Abbas Ahmad al-´Alawi.
Fue su padre el que le enseñó a leer y a escribir iniciándolo en el estudio del Quran. Pero esas lecciones duraron poco tiempo. Debido a la extrema pobreza de la familia, tuvo que empezar a trabajar siendo aún muy joven, primero como zapatero, después en una pequeña tienda. Durante su tiempo libre asistía a una serie de lecciones sobre Tawhid que se impartían en una de las mezquitas de la ciudad.
Su padre murió cuando él apenas tenía dieciséis años de edad. Poco después se adhirió a la Tariqa ´Isawiyya y adquirió una gran maestría en la taumaturgia de ese método sufi. Pero no tardó en poner en duda el valor espiritual de esas prácticas que habían degenerado en puro exhibicionismo. Dejó de asistir a las reuniones de los ´isawa aunque continuó ejercitándose en las invocaciones de la Tariqa y encantando serpientes, hasta que entró en contacto con el que habría de ser su verdadero maestro, Sidi Muhammad al-Buzidi (Buçaidi), shayj de la Tariqa Darqawiyya. Cuando al-Buzidi conoció al-´Alawi y supo de su arte le pidió que trajera una serpiente y la encantara ante él. Cuando hizo lo que el shayj le había pedido, éste le dijo que no volviera a hacerlo jamás, y que en su lugar amaestrara otra serpiente más turbulenta y venenosa: el Nafs, el propio ego, aquello que hay dentro del ser humano y que lo destruye totalmente. Impresionado, al-´Alawi le pidió que le admitiera como discípulo. Al-Buzidi lo admitió en la Tariqa Darqawiyya, prohibiéndole que continuara asistiendo a los cursos sobre Tawhid, tema demasiado trascendental para una comprensión puramente exterior o mental, exigiendo, en realidad, un entendimiento interior o intelectual que despierta al concentrarse sobre la invocación del Nombre de Allah (Dzikrullah). Cuando al-´Alawi hubo alcanzado otra percepción, su shayj le autorizó a retomar las lecciones, una vez abierta la capacidad intuitiva de su inteligencia. Al cumplir los veinticinco años, al-Buzidi lo nombró muqaddam permitiéndole con ello iniciar en la Tariqa a todo aspirante al que juzgara digno.A la muerte del shayj al-Buzidi, quince años más tarde, en el 1909, los miembros de la Tariqa insistieron a Ahamd al-´Alawi para que fuera su nuevo shayj. Fue así como sustituyó a al-Buzidi al frente de la Tariqa de los darqawa.
En 1914 decidió independizar su zawiya de la zawiya-madre de los darqawa marroquíes y la nueva rama fue llamada Tariqa ´Alawiyya Darqawiyya Shadiliyya. Una de las razones de esta “ruptura” fue que él sintió la necesidad de introducir en su método la práctica del retiro (jalwa) en una habitación aislada y bajo su estricta vigilancia, considerándolo más adecuado y afectivo para alcanzar la absoluta concentración del aspirante, en lugar de hacerlo en parajes naturales según la práctica habitual de los darqawa.Su fama se extendió pronto por todo el Norte de Africa y no tardaron en llegar hasta él discípulos de todas partes que deseaban recibir su instrucción en la ciencia del sufismo. Una gran zawiya fue levantada frente al mar en Tiÿit, barrio musulmán de Mostaganem. Shayj Ahmad al-´Alawi, heredero de una sabiduría ancestral, fue el representante más eminente del sufismo de su época y considerado por muchos como el muÿaddid (renovador, revitalizador) del Islam del siglo XIV de la era musulmana.Inevitablemente, entró en conflicto con los enemigos del sufismo, en especial con los miembros del grupo “reformista” de la salafiyya. Como una especie de antídoto a sus ataques, el shayj al- ´Alawi decidió publicar una revista semanal, “al-Baläg”, en la que al lado de la apología del sufismo, criticó a los pretendidos “reformistas” por su sumisión continua al mundo occidental a expensas del Islam, defendió la importancia del árabe como vehículo de conocimiento y reprochó la occidentalización de las costumbres. Debido a sus ataques a la política colonialista de los franceses y a que Abdelkrim estuvo entre sus discípulos, las autoridades francesas impusieron restricciones a sus movimientos.A su muerte, en 1934, tenía unos doscientos mil alumnos, y sus zawiyas se extendían por todo el Maghrib, Siria, Palestina, Egipto, Yemen, Etiopía e incluso Europa (París, Marsella, La Haya, Cardiff).
Sus numerosos discípulos yemeníes, muchos de ellos marineros, fueron uno de los factores en la rápida difusión de la Tariqa ´Alawiyya por diversos puertos.
Shayj Sidi Ahmad al-´Alawi fue un hombre culto, gustaba de la poesía y, según el testimonio de muchos europeos que lo conocieron, la fuerza de su personalidad era extraordinaria, su creatividad imparable, y su amor al saber no conocía límite. A.Berque, en una de sus obras, escribe de él: “Fue amante de la investigación metafísica hasta el final de sus días. Pocos problemas hay que no haya abordado, apenas hay ninguna filosofía cuya sustancia no haya extraído”. Esta amplitud intelectual iba a la par con una ferviente lealtad al Islam: insistía a sus discípulos para que rindiesen justicia al aspecto exterior del Islam, a su método y a su realidad interior. Sus escritos, así como sus poemas, contiene formulaciones magistrales de esos tres ámbitos indisociables.

Mawlana Jalaluddin Rumi (Fethullah Gülen)

A lo largo de la historia se han dado algunas personalidades importantes que siempre conservan su frescura y permanecen vivas durante siglos con la ayuda de su voz y aliento, con su amor, entusiasmo y su promesa para hacia la humanidad. El tiempo evidentemente fracasa en su intento de hacer obsoletos a estos individuos. Sus pensamientos, sus análisis, sus explicaciones y sus mensajes espirituales que nunca se perderán, representan soluciones y prescripciones alternativas para los problemas sociales de hoy en día, en una amplia variedad y diversidad.

Rumi es una de estas personalidades. Pese a los siglos que separan su vida de la nuestra, él sigue oyendo y escuchándonos, compartiendo nuestros sentimientos y presentando soluciones a nuestros problemas con una voz sin par. Aunque su existencia se desarrollara hace siglos, permanece vivo entre nosotros sin duda alguna; es un hombre de luz que recibe su luz del espíritu del Maestro de la Humanidad (el profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones sean sobre él), distribuyéndola de diferentes maneras por todas partes. Él fue escogido para llegar a ser uno de los hombres más santos de este mundo y ser así puro del corazón; una bendita persona cuyas palabras son excepcionales entre los héroes de amor y pasión. Él cumplía y sigue cumpliendo la misma labor que desempeña Israfil (Rafael), insuflar vida a los espíritus muertos. Sigue proporcionando el agua de la vida a los corazones estériles de muchos individuos, una irrigación espiritual. Sigue suministrando luz a los viajeros en su camino. Él era y sigue siendo el perfecto heredero del Profeta.

Rumi, un hombre de Dios, se apresuró hacia Su Divina Presencia en su propio viaje espiritual; pero además de eso evocó viajes similares en otros creyentes innumerables veces, travesías espirituales marcadas por unos esfuerzos apasionados en pos de Dios. Él era un hombre equilibrado, en permanente estado de éxtasis con Dios, que transmitió vida mediante su amor y entusiasmo; lo hizo hasta tal punto que inspiraba sentimientos trascendentales en los demás y sigue haciéndolo. Además de su pasión hacia Dios, junto con su conocimiento y amor por parte de Él, Rumi es conocido como un héroe en relación a su respeto y temor a Dios. Él era y sigue siendo una persona cuya poderosa voz invita a cada uno a la verdad y a la última realidad bendita. Rumi era un maestro global cuya alegría era consecuencia de Su felicidad, cuyo amor y pasión eran el resultado de Sus favores especiales hacia sí mismo. Su vida proporciona verdaderas pruebas de la Verdad. A la misma vez que dialogó con sus coetáneos de manera efectiva, Rumi fue también influyente y lo sigue siendo con el paso de los siglos, gracias a su manera de reflejar la voz y el aliento espiritual del profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones sean con él; conversaba con una voz tan encantadora que era capaz de dirigirse no sólo a sus benditos coetáneos sino también a la gente de nuestra época, siglos después de su existencia física. Dios le encargó esa importante misión y por lo tanto lo dotó de impecables dotes internas y externas de modo que tuviera éxito. Su corazón se hallaba lleno de la luz Divina. Como tal, su esencia está marcada por su sabiduría, la cual brilla como una luz reflejada a través de una gema preciosa. Su fuero interno fue envuelto con Misterios Divinos; y su perspicacia fue iluminada por dicha luz especial.

En esta perspectiva, Rumi representa la Estrella Polar, el núcleo del círculo de la guía y la orientación de su tiempo. Él encarna las características de la luz de santidad, tomando dicha luz a partir del fulgor de la verdad del Profeta. A la mayoría de las benditas criaturas de Dios le atrae instintivamente la luz del mismo modo que la irradiación de Rumi ha atraído a miles de mariposas espirituales. Él representa una guía para la búsqueda de la perfección de la humanidad. Rumi era un prudente exegeta de las verdades presentadas en el Corán. Como intérprete de gran fluidez del amor y el entusiasmo del profeta Muhammad. Rumi era capaz de emplear un lenguaje mágico que hacía que Dios fuese amado por todo el mundo. Aquellos que ingresan en su esfera alcanzan la paz infinita y los que estudian el Corán desde su punto de vista cambian como si hubiesen contemplado en primera persona la época del Profeta. Cuando los versículos del Corán eran interpretados por aquellos más cercanos a Rumi, todos los corazones disfrutaban de la iluminación proporcionada por su sabiduría; era como si todos los misterios del Cielo fueran revelados por su recitación entusiasta de una sola palabra, Dios.


El amor de Rumi por Dios era apasionado y ardiente, dotado de un constante sollozo y un vivo deseo por alcanzar los misterios de Dios. Él experimentó tal amor y tal pasión tanto en su ascetismo solitario como en sus actividades comunitarias. Fue en su soledad cuando paso a ser más abierto ante la verdadera unión con Dios, y fue en dicha separación de todas lo que le rodeaba —excepto de Dios— en la que su corazón se inundó de ardor y pasión. Mientras que dicho ardor le quemaba por dentro, él nunca mostró señal alguna de descontento. Este fuego se consideraba como una exigencia para la pasión, y abstenerse de las quejas se veía como una continuación de la tradición relativa a la lealtad. Según Rumi, aquellos que expresan su amor por Dios deben acompañar necesariamente su declaración de amor con un sentimiento de ardor furioso, esto es el precio que esa persona debe pagar voluntariamente para hallarse próxima a Dios o en unión con Él. Además, hay que centrar la atención en el comportamiento que es en gran medida ascético, como comer, beber y dormir moderadamente así como una conciencia constante y una orientación hacia Dios en nuestro discurso, y debemos experimentar inevitablemente la perplejidad cuando se nos dota con las generosidades de Dios.


Rumi no puede entender como un amante puede dormir de un modo desmedido, ya que esto sustrae aquellos momentos que pueden ser compartidos con el Amado. Según él, dormir en exceso ofende al Amado. Como Dios instruyó a David diciendo: «¡Oh David! Aquellos que se abandonan al sueño sin contemplarme y después reclaman su amor son mentirosos» del mismo modo Rumi dice: «Cuando cae la oscuridad, los amantes se hacen apasionados». Rumi recomendaba esto no sólo con las palabras, sino también con sus acciones.


La siguiente cita recogida de su Diván-i Kabir representa de la mejor manera pequeñas gotas de mar en el océano de sus sentimientos y entusiasmo, tal y como la erupción de un volcán:

Soy como Majnun[1] en mi pobre corazón, que se encuentra sin extremidades,Ya que no tengo fuerzas para resistirme al amor de Dios.Cada día y noche hago grandes esfuerzos para romper las cadenas de amor que me tienen capturado.Cuando aparece la imaginación del Amado me encuentro en la sangre.Como no estoy totalmente consciente, temo pintarlo con la sangre de mi corazón.En realidad, Tú, Oh Amado, debes preguntar a las hadas;Ellas saben cómo inflamé mi interior durante noches.Todo el mundo ha ido a dormir.Pero yo, quien Te dio el corazón, no conozco el sueño como ellos.A lo largo de la noche, mis ojos miran al cielo contando las estrellas.Su amor tan profundamente tomó mi sueño el cual no creo que vuelva ya otra vez.


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